MERECIMIENTO

¿Te mereces tú una vida mejor?

Es en la más temprana infancia cuando algunas personas construyen en torno a sí mismas una autopercepción de no merecimiento.

Puede depender de aspectos tan cotidianos e insignificantes como que, repetidamente, nos hayan dicho que no podríamos jugar si no nos comíamos las verduras.

O que no podríamos ir al cumpleaños de un amigo si no obteníamos unas buenas calificaciones en el colegio.

Ante el mismo tipo de mensajes, hay personas en las que no se produce ningún impacto importante, pero hay otras que consumen su autoestima progresivamente con cada condición.

Las cosas buenas que hay o puede haber en tu vida no tienen nada que ver con que las merezcas o no.

Cuando la vida te regala algo bueno, no te preguntes si lo mereces o no. ¡Acéptalo!

A continuación te voy a formular 6 preguntas elaboradas para evitar que tu percepción de no merecimiento obstaculice tu felicidad.

Responde a cada una de ellas por escrito y de forma muy concreta y sincera:

• ¿Qué es lo que quieres y no tienes? Responde de forma clara y específica.

• ¿Qué leyes o reglas había en tu casa en cuanto al merecimiento? ¿Qué te decían? ¿”No te lo mereces”? ¿O “te mereces una buen castigo?” ¿Tenías siempre que ganarte las cosas para merecerlas? ¿Y qué pasaba? ¿Conseguías ganártelas? ¿Te privaban de cosas cuando hacías algo mal?

• ¿Te sientes merecedor o merecedora? ¿Cómo te sientes ahora? ¿Piensas que tendrás la vida que quieres más adelante… cuando te la ganes? ¿Crees que sin esfuerzo no obtendrás jamás nada bueno? ¿Sientes que sirven para algo? ¿Llegarás alguna vez a servir para algo?

• ¿Mereces vivir? ¿Por qué? ¿Por qué no? ¿Te dijo alguien alguna vez que no merecías vivir?

• ¿Para qué tienes que vivir? ¿Cuál es el propósito de tu vida? ¿Qué significado te has creado?

• ¿Qué es lo que te mereces? Recuerda que todo esto son pensamientos. Si tus pensamientos actuales no te están ayudando, lo tienes tan fácil como sustituirlos por otros mejores.